BICENTENARIO- ICONOS DE LA PLASTICA SALVADOREÑA

CARLOS CAÑAS


 CARLOS CAÑAS















ARMANDO SOLIS


ARMANDO SOLIS






















JOSE MEJIA VIDES

RAUL ELAS REYES

CAMILO MINERO

JULIA DIAZ

PEDRO DE MATHEU

WENCESLAO CISNEROS

PINTURA SALVADOREÑA


El primer indicio de expresión plástica en El Salvador data de hace diez mil años. Esta referencia se encuentra en la cueva del Espíritu Santo, en el departamento de Morazán: figuras que parecen danzantes y un círculo del que parten algunos rayos dando la sensación de representar al sol. Las figuras de los personajes se distinguen por estar completamente rellenas de pintura y sin rasgos faciales con “una sola excepción de una figura donde la boca está claramente indicada”.

A partir de la colonización tendremos la influencia de las academias europeas de arte. De este período se conservan lienzos con imaginería religiosa, elaborados por artistas que han pasado a la historia en forma anónima. Aún se conservan algunos ejemplos de esta pintura en el país. Ricardo Lindo, en su libro “La Pintura en El Salvador”, destaca:

“La obra más importante de la pintura colonial de El Salvador es el fresco del Cristo Crucificado de Metapán, de cuyas manos salen ramos de viña cargados de uvas, y cuya sangre riega las mieses...”

Miguel de Rivera funda en 1811 la primera escuela de dibujo de donde surgen artesanos, no pintores. Posteriormente, en 1864, el presidente Francisco Dueñas funda una Academia de Bellas Artes que sería destruida por un terremoto en 1873 y reabierta en 1883.

De este período se registran las obras de Marcelino Carballo, Pascacio González (escultor), Wenceslao Cisneros y, a finales del siglo XIX, Carlos Alberto Imery.


Resalta la figura de Wenceslao Cisneros que, aunque no desarrolla su vida artística en El Salvador sino en Europa, a su regreso se establece en La Habana, donde contribuye grandemente al desarrollo de las Artes Plásticas como Director de la Academia de San Alejandro.

A iniciativa del entonces Presidente Manuel Enrique Araujo, Imery abre en 1911 la primera institución educativa artística en el país denominada Escuela de Artes Gráficas. De aquí surgieron, en un período que abarca las décadas del 20, 30 y 40; José Mejía Vides, Carlos Cañas, Luis Alfredo Cáceres Madrid, Mario Escobar, Camilo Minero, Julio Hernández Alemán y Luis Angel Salinas.

Ortiz Villacorta, Valentín Estrada y Luis Espinoza serán los primeros artistas de estas décadas en pintar temas de arraigo salvadoreño: la campiña, la raza, la etnia y personajes históricos salvadoreños.

La pintora Zelié Lardé destaca como precursora del arte naiv. Ana Julia Álvarez desarrolla el Art.-Deco, al tiempo que es influenciada por el muralismo mexicano junto al arte del “New Deal” norteamericano como lenguaje plástico, en combinación con temas de carácter autóctono.