Aquí estoy, solo, arriba, en la azotea.
Si, solo con mis pensamientos.
Y aunque no es hora de vivas ni lamentos,
preciso una tregua, cuando mi paz, revolotea.
Son esos momentos imprevistos,
cuando mis pensamientos buscan arriba,
sin darse cuenta que ni uno y otro, ambos van a la deriva.
Por eso digo, repito, no lamento, pero me resisto.
Ayer paso, y el presente me exige
ser cada día mejor de lo que fui y no me dice
como ni cuando, pero siempre me corrige.
Son angustias, momentos quizás donde vagar
es extremadamente necesario, pero jamás,
jamás recomienda a mis pensamientos reclamar.
Roberto Rodríguez
Derechos reservados.
Enero 13, 2010.
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