sábado, 30 de julio de 2011
IKARUS GALLERY CULTURAL PROGRAM: APOYA TU CULTURA, APOYA EL ARTE, APOYA TU NACION, ...
IKARUS GALLERY CULTURAL PROGRAM: APOYA TU CULTURA, APOYA EL ARTE, APOYA TU NACION, ...: "ESTAN CORDIALMENTE INVITADOS A CELEBRAR Y DISFRUTAR DEL DIA DEL SALVADOREÑO AMERICANO HEMPSTEAD, NY- AGOSTO 7"
EUGENIO ACOSTA RODRIGUEZ “CHICO TREN” ARTISTA SALVADOREÑO
Fallece Eugenio Acosta Rodríguez “ChicoTren” un Señor artista salvadoreño del teatro
Acosta Rodríguez, se inició en los andares del teatro allá por 1947, desde ese año había cumplido con una incontable cantidad de presentaciones que le llevaron a teatros nacionales y extranjeros.
Escrito por El Salvador Noticias.net
Eugenio Acosta Rodríguez, conocido en el mundo del teatro como “Chico Tren”, y fundador de la organización artística Camaleón, falleció la noche del jueves 28 de julio en esta capital, con lo cual el Teatro Salvadoreño está de luto.
Acosta Rodríguez, se inició en los andares del teatro allá por 1947, desde ese año había cumplido con una incontable cantidad de presentaciones que le llevaron a teatros nacionales y extranjeros.
Según una semblanza sobre el artista, escrita en 2004 por el periodista Enrique S. Castro para El Diario de Hoy, Eugenio proviene de una familia de actores. Su abuelo, el doctor Mariano Acosta, propietario de una farmacia en el barrio La Vega, actuaba mientras atendía y platicaba con los parroquianos.
Del estribillo de una melodía que cantaba “A Nana Yaca quisiera ver con la puyita puyando al buey” derivó el nombre para el personaje que con el correr de los años acompañaría a Eugenio en el programa radiofónico de más audiencia en El Salvador “Ay, qué tiempos señor don Simón”.
Su padre, Mariano Acosta, fue actor y dirigía un grupo de teatro en la parroquia de La Merced; su tío Julio César Acosta fue el primer actor cómico de El Salvador. Pertenecía a la compañía de don Gerardo de la Nieva.
Para miles de salvadoreños fue y es el famoso “Chico Tren” de la producción radiofónica “Ay, qué tiempos señor don Simón”, que desde 1955 a 1957 se transmitió en Radio Cadena YSU, haciendo pareja con Roberto Arturo Menéndez (“Nana Yaca”).
El apodo de “Chico Tren” fue tomado de un vendedor de periódicos y revistas de la capital, cuyo nombre era Francisco Araujo Portillo. Eugenio es, además, un excelente libretista, periodista, inteligente actor y narrador por radio y televisión, declamador, profesor y conferencista que sabe adornar sus charlas con la sabrosa recitación de bien escogidos textos poéticos.
Sus inicios en las artes escénicas comenzaron en la pila bautismal, donde movió sus manitas, lloró y gritó más por actuación que por la mojada de cabeza y el pasar de unos brazos a otros.
Con el transcurrir de los años había de alcanzar un puesto cimero en esta profesión que tiene fama de difícil y azarosa. Egresó de la Escuela de Teatro de la Dirección de Bellas Artes de El Salvador, bajo la tutela de tres reconocidos maestros: Darío Cosier, Edmundo Barberto y Fernando Torre Lapham.
Por diez años (1955-1965) sería primer actor del elenco estable de Bellas Artes. La incursión en otros géneros de la comunicación sería consecuencia lógica de un dominio absoluto de las artes escénicas.
Una vez que Acosta Rodríguez se había probado y ganado por méritos propios un primer lugar en la actuación pasaría a ser profesor de Bellas Artes en Técnica Teatral y Práctica Escénica. Posteriormente fundador de la compañía teatral “Las Máscaras”.
Como productor, director y actor de obras dramáticas del teatro clásico ha mostrado talento, modestia y amor al arte al intervenir en piezas que siempre fueron del agrado del público.
Baste recordar la farsa clásica “Los habladores”, de Miguel de Cervantes; la tragedia “Aceite”, de Eugene O´Neill; “El alcalde de Zalamea”, de Calderón de la Barca; la farsa “Petición de mano”, de Antonio Chejov, o el drama “Muerto sin sepultura”, de Jean Paul Sartre.
En 1997, la Unión de Artistas y Escritores Salvadoreños (UNARTES), también lo distinguió con la placa “El Sol Maya” y diploma de honor por considerarlo uno de los más grandes actores teatrales que ha tenido el país, señala la publicación de El Diario de Hoy.
http://www.elsalvadornoticias.net/2011/07/29/fallece-eugenio-acosta-rodriguez-%E2%80%9Cchicotren%E2%80%9D-un-senor-artista-salvadoreno-del-teatro-2/
Acosta Rodríguez, se inició en los andares del teatro allá por 1947, desde ese año había cumplido con una incontable cantidad de presentaciones que le llevaron a teatros nacionales y extranjeros.
Escrito por El Salvador Noticias.net
Eugenio Acosta Rodríguez, conocido en el mundo del teatro como “Chico Tren”, y fundador de la organización artística Camaleón, falleció la noche del jueves 28 de julio en esta capital, con lo cual el Teatro Salvadoreño está de luto.
Acosta Rodríguez, se inició en los andares del teatro allá por 1947, desde ese año había cumplido con una incontable cantidad de presentaciones que le llevaron a teatros nacionales y extranjeros.
Según una semblanza sobre el artista, escrita en 2004 por el periodista Enrique S. Castro para El Diario de Hoy, Eugenio proviene de una familia de actores. Su abuelo, el doctor Mariano Acosta, propietario de una farmacia en el barrio La Vega, actuaba mientras atendía y platicaba con los parroquianos.
Del estribillo de una melodía que cantaba “A Nana Yaca quisiera ver con la puyita puyando al buey” derivó el nombre para el personaje que con el correr de los años acompañaría a Eugenio en el programa radiofónico de más audiencia en El Salvador “Ay, qué tiempos señor don Simón”.
Su padre, Mariano Acosta, fue actor y dirigía un grupo de teatro en la parroquia de La Merced; su tío Julio César Acosta fue el primer actor cómico de El Salvador. Pertenecía a la compañía de don Gerardo de la Nieva.
Para miles de salvadoreños fue y es el famoso “Chico Tren” de la producción radiofónica “Ay, qué tiempos señor don Simón”, que desde 1955 a 1957 se transmitió en Radio Cadena YSU, haciendo pareja con Roberto Arturo Menéndez (“Nana Yaca”).
El apodo de “Chico Tren” fue tomado de un vendedor de periódicos y revistas de la capital, cuyo nombre era Francisco Araujo Portillo. Eugenio es, además, un excelente libretista, periodista, inteligente actor y narrador por radio y televisión, declamador, profesor y conferencista que sabe adornar sus charlas con la sabrosa recitación de bien escogidos textos poéticos.
Sus inicios en las artes escénicas comenzaron en la pila bautismal, donde movió sus manitas, lloró y gritó más por actuación que por la mojada de cabeza y el pasar de unos brazos a otros.
Con el transcurrir de los años había de alcanzar un puesto cimero en esta profesión que tiene fama de difícil y azarosa. Egresó de la Escuela de Teatro de la Dirección de Bellas Artes de El Salvador, bajo la tutela de tres reconocidos maestros: Darío Cosier, Edmundo Barberto y Fernando Torre Lapham.
Por diez años (1955-1965) sería primer actor del elenco estable de Bellas Artes. La incursión en otros géneros de la comunicación sería consecuencia lógica de un dominio absoluto de las artes escénicas.
Una vez que Acosta Rodríguez se había probado y ganado por méritos propios un primer lugar en la actuación pasaría a ser profesor de Bellas Artes en Técnica Teatral y Práctica Escénica. Posteriormente fundador de la compañía teatral “Las Máscaras”.
Como productor, director y actor de obras dramáticas del teatro clásico ha mostrado talento, modestia y amor al arte al intervenir en piezas que siempre fueron del agrado del público.
Baste recordar la farsa clásica “Los habladores”, de Miguel de Cervantes; la tragedia “Aceite”, de Eugene O´Neill; “El alcalde de Zalamea”, de Calderón de la Barca; la farsa “Petición de mano”, de Antonio Chejov, o el drama “Muerto sin sepultura”, de Jean Paul Sartre.
En 1997, la Unión de Artistas y Escritores Salvadoreños (UNARTES), también lo distinguió con la placa “El Sol Maya” y diploma de honor por considerarlo uno de los más grandes actores teatrales que ha tenido el país, señala la publicación de El Diario de Hoy.
http://www.elsalvadornoticias.net/2011/07/29/fallece-eugenio-acosta-rodriguez-%E2%80%9Cchicotren%E2%80%9D-un-senor-artista-salvadoreno-del-teatro-2/
EL POETA EJECUTADO POR LA GUERILLA: EL OSCURO MITO DE ROQUE DALTON, POR MIGUEL HUEZO MIXCO
El poeta ejecutado por la guerrilla: el oscuro mito de Roque Dalton, por Miguel Huezo Mixco
A Roque Dalton lo mataron a quemarropa. La leyenda dice que sus matadores, sin valor para mirarlo a los ojos, le inyectaron un somnífero antes de dispararle. También se dice que lo liquidaron de sorpresa: llegaron a su lado y de súbito le descargaron los tiros. Pasara lo que pasare en esa hora siniestra, aquella fue la última de las celadas que le tendió la vida.
El sacrificio de Dalton estuvo en la génesis del nuevo poder que emergió entre combates guerrilleros y protestas sociales. Sus asesinos eran un pequeño grupo de conspiradores que con los años llegaría a ser una poderosa organización armada. Dos de los sobrevivientes de aquella célula estamparon su firma en el documento que puso fin a la más cruenta de las guerras libradas hasta ahora en El Salvador.
La “muerte horrenda” de Dalton, como la llamó Julio Cortázar, levantó una exclamación de repudio en todo el mundo y le dio paso a su leyenda. Una leyenda que Dalton mismo, en vida, ayudó a alentar. Nació en 1935, único hijo de la enfermera María García y de Winnal Dalton, un tejano criado en la frontera con México, que hablaba el español como segunda lengua. Casi nadie sabe que aquella improbable relación entre dos personas provenientes de mundos sociales tan dispares tuvo como origen un altercado entre Winnal Dalton y el filántropo Benjamín Bloom. María García se encargó de curar de sus heridas a Mr. Dalton, y éste le hizo la corte. El niño fue inscrito con el nombre de Roque Antonio García. Roque fue calzado con el apellido que su padre no quiso darle, y más tarde con las botas de una leyenda, la de los hermanos Dalton, forajidos y fabricantes de mal whisky, que en el último cuarto del siglo XIX sembraron el terror en Arizona. No existen pruebas de parentela alguna entre el poeta y aquellos malhechores, pero con ellos Dalton se construyó una aureola de pendenciero que lo seguiría hasta el fin de sus días.
Recomendamos leer todo el articulo.
http://www.elpuercoespin.com.ar/2011/06/04/el-poeta-ejecutado-por-la-guerrilla-el-oscuro-mito-de-roque-dalton-por-miguel-huezo-mixco/
A Roque Dalton lo mataron a quemarropa. La leyenda dice que sus matadores, sin valor para mirarlo a los ojos, le inyectaron un somnífero antes de dispararle. También se dice que lo liquidaron de sorpresa: llegaron a su lado y de súbito le descargaron los tiros. Pasara lo que pasare en esa hora siniestra, aquella fue la última de las celadas que le tendió la vida.
El sacrificio de Dalton estuvo en la génesis del nuevo poder que emergió entre combates guerrilleros y protestas sociales. Sus asesinos eran un pequeño grupo de conspiradores que con los años llegaría a ser una poderosa organización armada. Dos de los sobrevivientes de aquella célula estamparon su firma en el documento que puso fin a la más cruenta de las guerras libradas hasta ahora en El Salvador.
La “muerte horrenda” de Dalton, como la llamó Julio Cortázar, levantó una exclamación de repudio en todo el mundo y le dio paso a su leyenda. Una leyenda que Dalton mismo, en vida, ayudó a alentar. Nació en 1935, único hijo de la enfermera María García y de Winnal Dalton, un tejano criado en la frontera con México, que hablaba el español como segunda lengua. Casi nadie sabe que aquella improbable relación entre dos personas provenientes de mundos sociales tan dispares tuvo como origen un altercado entre Winnal Dalton y el filántropo Benjamín Bloom. María García se encargó de curar de sus heridas a Mr. Dalton, y éste le hizo la corte. El niño fue inscrito con el nombre de Roque Antonio García. Roque fue calzado con el apellido que su padre no quiso darle, y más tarde con las botas de una leyenda, la de los hermanos Dalton, forajidos y fabricantes de mal whisky, que en el último cuarto del siglo XIX sembraron el terror en Arizona. No existen pruebas de parentela alguna entre el poeta y aquellos malhechores, pero con ellos Dalton se construyó una aureola de pendenciero que lo seguiría hasta el fin de sus días.
Recomendamos leer todo el articulo.
http://www.elpuercoespin.com.ar/2011/06/04/el-poeta-ejecutado-por-la-guerrilla-el-oscuro-mito-de-roque-dalton-por-miguel-huezo-mixco/
miércoles, 20 de julio de 2011
¿CULTURA PARA QUE? - JGUZ
“La percepción de la semiótica visual” por Astrid Bahamon Panamá - Historiadora del arte, critica y curadora. Directora de la dirección nacional del arte en la secretaria de Cultura. Así se titula su nota la cual forma parte del libro “Visiones y Expresiones” Una introspección libre de la pintura salvadoreña contemporánea, publicado en el 2008 por la Editorial Alejandría IBSN 978-99923-62-03-7. Ejemplar que tuve a bien recibir como presente de parte del maestro Solís y que les recomendamos.
El termino semiótica visual atrajo mi interés por lo inusual. Ya que pocas veces lo leemos en nuestros medios, por no decir nunca.
Lo que me llevo a seleccionar algunos párrafos en particular que viene a ratificar lo que quizá pocos sabemos y que muchos padecemos. Ignorancia en el buen sentido de la palabra, lo que bien justifica la apatía, poca atención o importancia, etc. Parte de la problemática que adolece nuestra nación en torno al tópico cultura y por ende artístico visto dentro del contexto nacional.
Punto de vista que se debe tomar en cuenta ya que este emana de alguien con propiedad para opinar al respecto y también aceptarlo como lo que es, una crítica constructiva, para no caer en la redundancia y las retoricas de siempre cuando se hacen observaciones y/o recomendaciones que deben ser atendidas por quienes corresponda y las cuales suelen caer en saco roto por qué no viene de un ilustre político o titular, no es la visión del partido o no converge con el romanticismo ideológico ortodoxo por que atenta contra el tejido social…etc. Pero que se utiliza para aplicarnos la ley del azadón o pretender darnos atol con el dedo, para estrechar lazos de hermanamiento, sin que se vislumbre la reciprocidad, igualdad o equidad. Las mismas patrañas de siempre y que desde décadas atrás han contribuido a marginarnos del progreso y desarrollo como nación.
La diáspora salvadoreña no se exime de sus efectos, ya que su impacto y secuelas nos acompañaron en la travesía desde las primeras hordas migratorias y que aun sigue latente. Ya que nadie. Ni los obligados se interesan por superar, ni siquiera el mismo diásporo, teniendo los recursos a su alcance para hacerlo, alimentar su acervo y superar el desconocimiento.
La pregunta es si nosotros mismo no valoramos nuestra cultura, ¿entonces que quien?
Es nuestro compromiso el de generar las condiciones para que la cultura de nuestros padres sean heredadas a las nuevas generaciones y con ello fomentar el dialogo multicultural al interior de la sociedad que nos alberga y comenzar a conformar nuestra propia identidad cultural hibrida y mantener vigentes la de nuestras raíces. Quizá con ello se contribuya a mitigar algunos problemas sociales que involucran a nuestra juventud y atentan contra nuestra niñez que son nuestro futuro.
Estamos claro que las iniciativas enmarcadas dentro del activismo cultural y artístico sin recursos que disponer están muy distantes de hacerse realidad y se quedan en sueños engavetados o papeles tirados a la basura ante la ausencia de conciencia social que permita visualizar que la cultura a través de las artes puede ser el eslabón que contribuya a mitigar algunos problemas sociales, integre y eduque a la comunidad, permita que los valores y tradiciones sean heredados de padres a hijos.
No se vislumbra que en su entorno se generaran o mantendrán fuentes de trabajo y dinamizar la económica ya que son diversos agentes los que participan, adicionalmente incentivando en turismo local da la pauta para la diversificación del ingreso local. Tantas ventajas que se pudiera ver con poca inversión ya que detrás existe todo un regimiento de hacedores culturales y artísticos que lo impulsan por simple altruismo o amor al arte, pero no lo podemos hacer solo.
Por otro lado el desamparo al artista en su carrera que lo condiciona a vender su fuerza de trabajo por supervivencia privando a la sociedad de hacer lo que mejor hace, crear cultura a través de su arte.
APOYA TU CULTURA, APOYA EL ARTE, APOYA TU NACION, APOYANOS
“Cita Textual”
Si bien es cierto que no hemos conocido en la historia de El Salvador una verdadera política cultural que no esté sujeta a las distintas administraciones presidenciales y a su particular visión de la necesidad de valorar el arte como un bien espiritual. Hemos de reconocer que el fenómeno artístico existe como una voluntad colectiva inherente a la existencia humana.
La promoción no es solamente un deber del Estado sino de todos los ciudadanos.
El consumo artístico no debería de entenderse simplemente desde la terminología economista, sino también como necesidad cultural, sobre todo con respecto al arte contemporáneo, cuyo lenguaje es aun poco o incorrectamente interpretado por una sociedad acostumbrada a producir y apreciar un arte de características eminentemente representacionales.
Este pobre nivel de percepción de la semiótica visual por parte del salvadoreño obliga al artista contemporáneo a emigrar.
He aquí dos referencias de artículos interesantes de la autoría de Astrid Bahamond Panamá que recomendamos.
LIBROS: Historiografía seminal
http://www.latinovisionsf.com/media/entry/110
Normas para comprender el arte
http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_completa.asp?idCat=6482&idArt=4596975
Concepto Semiótica visual
De Wikipedia, la enciclopedia libre
La semiótica visual es una rama de la semiología (semiótica) que trata sobre el estudio o interpretación de las imágenes, objetos e incluso gestos y expresiones corporales, para comprender o acoger una idea de lo que se está visualizando. Por ejemplo, una persona que asiste a una exposición de pintura, utiliza la semiótica visual, para interpretar la imagen observada.
El termino semiótica visual atrajo mi interés por lo inusual. Ya que pocas veces lo leemos en nuestros medios, por no decir nunca.
Lo que me llevo a seleccionar algunos párrafos en particular que viene a ratificar lo que quizá pocos sabemos y que muchos padecemos. Ignorancia en el buen sentido de la palabra, lo que bien justifica la apatía, poca atención o importancia, etc. Parte de la problemática que adolece nuestra nación en torno al tópico cultura y por ende artístico visto dentro del contexto nacional.
Punto de vista que se debe tomar en cuenta ya que este emana de alguien con propiedad para opinar al respecto y también aceptarlo como lo que es, una crítica constructiva, para no caer en la redundancia y las retoricas de siempre cuando se hacen observaciones y/o recomendaciones que deben ser atendidas por quienes corresponda y las cuales suelen caer en saco roto por qué no viene de un ilustre político o titular, no es la visión del partido o no converge con el romanticismo ideológico ortodoxo por que atenta contra el tejido social…etc. Pero que se utiliza para aplicarnos la ley del azadón o pretender darnos atol con el dedo, para estrechar lazos de hermanamiento, sin que se vislumbre la reciprocidad, igualdad o equidad. Las mismas patrañas de siempre y que desde décadas atrás han contribuido a marginarnos del progreso y desarrollo como nación.
La diáspora salvadoreña no se exime de sus efectos, ya que su impacto y secuelas nos acompañaron en la travesía desde las primeras hordas migratorias y que aun sigue latente. Ya que nadie. Ni los obligados se interesan por superar, ni siquiera el mismo diásporo, teniendo los recursos a su alcance para hacerlo, alimentar su acervo y superar el desconocimiento.
La pregunta es si nosotros mismo no valoramos nuestra cultura, ¿entonces que quien?
Es nuestro compromiso el de generar las condiciones para que la cultura de nuestros padres sean heredadas a las nuevas generaciones y con ello fomentar el dialogo multicultural al interior de la sociedad que nos alberga y comenzar a conformar nuestra propia identidad cultural hibrida y mantener vigentes la de nuestras raíces. Quizá con ello se contribuya a mitigar algunos problemas sociales que involucran a nuestra juventud y atentan contra nuestra niñez que son nuestro futuro.
Estamos claro que las iniciativas enmarcadas dentro del activismo cultural y artístico sin recursos que disponer están muy distantes de hacerse realidad y se quedan en sueños engavetados o papeles tirados a la basura ante la ausencia de conciencia social que permita visualizar que la cultura a través de las artes puede ser el eslabón que contribuya a mitigar algunos problemas sociales, integre y eduque a la comunidad, permita que los valores y tradiciones sean heredados de padres a hijos.
No se vislumbra que en su entorno se generaran o mantendrán fuentes de trabajo y dinamizar la económica ya que son diversos agentes los que participan, adicionalmente incentivando en turismo local da la pauta para la diversificación del ingreso local. Tantas ventajas que se pudiera ver con poca inversión ya que detrás existe todo un regimiento de hacedores culturales y artísticos que lo impulsan por simple altruismo o amor al arte, pero no lo podemos hacer solo.
Por otro lado el desamparo al artista en su carrera que lo condiciona a vender su fuerza de trabajo por supervivencia privando a la sociedad de hacer lo que mejor hace, crear cultura a través de su arte.
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“Cita Textual”
Si bien es cierto que no hemos conocido en la historia de El Salvador una verdadera política cultural que no esté sujeta a las distintas administraciones presidenciales y a su particular visión de la necesidad de valorar el arte como un bien espiritual. Hemos de reconocer que el fenómeno artístico existe como una voluntad colectiva inherente a la existencia humana.
La promoción no es solamente un deber del Estado sino de todos los ciudadanos.
El consumo artístico no debería de entenderse simplemente desde la terminología economista, sino también como necesidad cultural, sobre todo con respecto al arte contemporáneo, cuyo lenguaje es aun poco o incorrectamente interpretado por una sociedad acostumbrada a producir y apreciar un arte de características eminentemente representacionales.
Este pobre nivel de percepción de la semiótica visual por parte del salvadoreño obliga al artista contemporáneo a emigrar.
He aquí dos referencias de artículos interesantes de la autoría de Astrid Bahamond Panamá que recomendamos.
LIBROS: Historiografía seminal
http://www.latinovisionsf.com/media/entry/110
Normas para comprender el arte
http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_completa.asp?idCat=6482&idArt=4596975
Concepto Semiótica visual
De Wikipedia, la enciclopedia libre
La semiótica visual es una rama de la semiología (semiótica) que trata sobre el estudio o interpretación de las imágenes, objetos e incluso gestos y expresiones corporales, para comprender o acoger una idea de lo que se está visualizando. Por ejemplo, una persona que asiste a una exposición de pintura, utiliza la semiótica visual, para interpretar la imagen observada.
sábado, 16 de julio de 2011
EL CARBONERO- POR GABRIEL OTERO
MÉXICO - “El Carbonero” canción considerada por muchos salvadoreños como el segundo himno nacional, fue creación de don Pancho Lara, nacido en 1900 en la hacienda La Presa en Santa Ana, poeta y músico al que se le atribuyen alrededor de 400 composiciones, muchas infantiles y las mas famosas de perfil folclórico y popular.
La canción, escrita en 1934, es digna del análisis hermenéutico. El nacimiento de “El Carbonero” coincide en su plano temporal-histórico con la dictadura del Gral. Maximiliano Hernández Martínez, célebre por haber cometido el etnocidio de más de 25 mil indígenas en enero de 1932 y cuyo gobierno, iluminado por la adaptación caricaturesca de la teosofía, continuó hasta 1944.
¿Pero qué dice la letra de El Carbonero?, en síntesis trata de un personaje de orígenes humildes que baja de las cumbres cargando carbón de madera que venderá en las calles de pueblos y el mercado. Y mientras desciende viene “enredando horizontes y cruzando vallados adonde gime el torogoz”, mítica ave, adoptada como nacional desde 1999.
La historia y la letra son sencillas, pero están preñadas de un enorme simbolismo, lo que nos lleva a varias interpretaciones: la primera, se refiere al extinto oficio de carbonero heredado de la época de la colonia, en otros lugares como España, México y Argentina el trabajo de carbonero era extenuante pero bien remunerado. Coplas y canciones populares españolas describen su deambular por las calles: “Carbón de encina, cisco de roble la confianza no está en los hombres. No está en los hombres, ni en las mujeres, que está en el tronco de los laureles”.
La segunda, el carbonero pregona orgulloso de que su “carboncito negro vierte lumbre de amor y es de nacascol, chaperno y copinol”, está relacionada al comercio de un recurso natural: el uso indiscriminado de la leña como método de cocción y la generación artesanal de carbón vegetal, costumbre alentada por la pobreza, la utilización de este tipo de energía prevalece en el 92 % de hogares rurales y ha sido una de las causas para que El Salvador sea el país mas deforestado de Centro América.
La tercera, el cuestionado estribillo “sí, mi señor” que denota la sumisión del campesino-carbonero ante un sistema de producción impuesto por el corvo y el fusil, El Salvador de 1931 a 1979 estuvo gobernado por militares y su economía se basaba en el monocultivo del café. Pero, ¿de qué otra forma se expresaría alguien sometido a las tiendas de raya y a condiciones de vida o de muerte cercanas a la esclavitud?.
La cuarta, la exaltación de lo bucólico como uno de los hilos rítmicos y conductores de la letra, la contemplación del paisaje alentando el espíritu del solitario trajinar del carbonero.
Impresiona la capacidad lírica y el poder de concreción de don Pancho Lara, quien murió el 12 de mayo de 1989 y que fue declarado Hijo Meritísimo de El Salvador un mes después.
“El Carbonero” es un legado que no debe desdeñarse, a pesar de la espantosa paráfrasis perpetrada por un partido político en ciernes, un crimen de lesa cultura, cuando los odios escupían sangre y la guerra civil iniciaba.
http://www.contrapunto.com.sv/cultura/postales-el-carbonero
La canción, escrita en 1934, es digna del análisis hermenéutico. El nacimiento de “El Carbonero” coincide en su plano temporal-histórico con la dictadura del Gral. Maximiliano Hernández Martínez, célebre por haber cometido el etnocidio de más de 25 mil indígenas en enero de 1932 y cuyo gobierno, iluminado por la adaptación caricaturesca de la teosofía, continuó hasta 1944.
¿Pero qué dice la letra de El Carbonero?, en síntesis trata de un personaje de orígenes humildes que baja de las cumbres cargando carbón de madera que venderá en las calles de pueblos y el mercado. Y mientras desciende viene “enredando horizontes y cruzando vallados adonde gime el torogoz”, mítica ave, adoptada como nacional desde 1999.
La historia y la letra son sencillas, pero están preñadas de un enorme simbolismo, lo que nos lleva a varias interpretaciones: la primera, se refiere al extinto oficio de carbonero heredado de la época de la colonia, en otros lugares como España, México y Argentina el trabajo de carbonero era extenuante pero bien remunerado. Coplas y canciones populares españolas describen su deambular por las calles: “Carbón de encina, cisco de roble la confianza no está en los hombres. No está en los hombres, ni en las mujeres, que está en el tronco de los laureles”.
La segunda, el carbonero pregona orgulloso de que su “carboncito negro vierte lumbre de amor y es de nacascol, chaperno y copinol”, está relacionada al comercio de un recurso natural: el uso indiscriminado de la leña como método de cocción y la generación artesanal de carbón vegetal, costumbre alentada por la pobreza, la utilización de este tipo de energía prevalece en el 92 % de hogares rurales y ha sido una de las causas para que El Salvador sea el país mas deforestado de Centro América.
La tercera, el cuestionado estribillo “sí, mi señor” que denota la sumisión del campesino-carbonero ante un sistema de producción impuesto por el corvo y el fusil, El Salvador de 1931 a 1979 estuvo gobernado por militares y su economía se basaba en el monocultivo del café. Pero, ¿de qué otra forma se expresaría alguien sometido a las tiendas de raya y a condiciones de vida o de muerte cercanas a la esclavitud?.
La cuarta, la exaltación de lo bucólico como uno de los hilos rítmicos y conductores de la letra, la contemplación del paisaje alentando el espíritu del solitario trajinar del carbonero.
Impresiona la capacidad lírica y el poder de concreción de don Pancho Lara, quien murió el 12 de mayo de 1989 y que fue declarado Hijo Meritísimo de El Salvador un mes después.
“El Carbonero” es un legado que no debe desdeñarse, a pesar de la espantosa paráfrasis perpetrada por un partido político en ciernes, un crimen de lesa cultura, cuando los odios escupían sangre y la guerra civil iniciaba.
http://www.contrapunto.com.sv/cultura/postales-el-carbonero
viernes, 15 de julio de 2011
GLORIA MEJIVAR- POETA
RESPIRAR
Respirar a través de tu piel
entre las trece mil palabras calladas
abrir tus deseos secretos
en la servidumbre de las plegarias
respirar de ti mientras arranco tu ropa,
de rodillas atarte
a las oraciones de la dominación.
FANTASMA AZUL
SI NO ENCUENTRO
Si no encuentro las palabras exactas
tal vez sirvan las cicatrices
talladas a golpes de placer
en mi cuerpo.
Susurros en la oscuridad
debajo de la música de Led Zeppelín y su “Escalera al cielo”
esta noche sin embargo quiero
esos silencios tuyos…
Desearte borracho de risas calladas
ahogarme en tazas de manzanilla vacías
en los pliegues de sábanas oscuras
en las miradas perdidas…
Buscarte desnudo
en los naufragios de las certezas
que golpe a golpe se transmutan
día a día… noche a noche…
FANTASMA AZUL
jueves, 14 de julio de 2011
jueves, 7 de julio de 2011
TRAZOS DE UNA VIDA DE MIGUEL ANGEL RAMIREZ- DOCUMENTAL
Nuestras felicitaciones Miguel Angel Ramírez por este documental y trayectoria dentro de la plástica salvadoreña.
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