jueves, 27 de mayo de 2010
martes, 25 de mayo de 2010
INVITACION A CONFERENCIA DE PRENSA
Invitación a Conferencia de Prensa
El Comité Salvadoreño Independiente Inc.
Y la Fundación Teletón de El Salvador
Fecha de la Conferencia de Prensa:
Miércoles 26 de Mayo de 2010
Hora: 11:00 AM
Lugar: Sala de Conferencias de la Oficina del Senador Brian X. Foley
Ubicadas en: COURTHOUSE CORPORATE CENTER
320 Carleton Avenue, Suite 1700
Central Islip, NY 11722
Mayores informes al: (516) 446-3854
Este mensaje es un servicio de apoyo a la comunidad de parte del Senador Brian X. Foley. El evento anunciado es de absoluta responsabilidad de los organizadores, por lo tanto el Senador Brian X. Foley, ni ningún miembro de su personal son responsables del manejo y de los resultados del mismo.
Luis Montes Brito
Regional Coordinator
Conference Majority Services
New York State Senate
COURTHOUSE CORPORATE CENTER
320 Carleton Avenue, Suite 1700
Teléfono: (631) 231-0517
http://www.nysenate.gov/
Enviado por Rene Chacon-poeta y escritor salvadoreño
El Comité Salvadoreño Independiente Inc.
Y la Fundación Teletón de El Salvador
Tienen el agrado de invitar a usted a conferencia de prensa
donde se dará a conocer detalles de la primera Teletón a llevarse a cabo en Long Island, Nueva York
a beneficio de los niños salvadoreños con discapacidad física.
Teletón es una organización sin fines de lucro a nivel internacional.
Teletón celebra este evento en diferentes paises incluyendo Teletón de Estados Unidos de América
La Teletón se lleva a cabo en El Salvador desde 1982, gracias al apoyo de todo el pueblo salvadoreño.
Fecha de la Conferencia de Prensa:
Miércoles 26 de Mayo de 2010
Hora: 11:00 AM
Lugar: Sala de Conferencias de la Oficina del Senador Brian X. Foley
Ubicadas en: COURTHOUSE CORPORATE CENTER
320 Carleton Avenue, Suite 1700
Central Islip, NY 11722
Mayores informes al: (516) 446-3854
" Ayúdanos a aliviar el dolor de los niños discapacitados"
Este mensaje es un servicio de apoyo a la comunidad de parte del Senador Brian X. Foley. El evento anunciado es de absoluta responsabilidad de los organizadores, por lo tanto el Senador Brian X. Foley, ni ningún miembro de su personal son responsables del manejo y de los resultados del mismo.
Luis Montes Brito
Regional Coordinator
Conference Majority Services
New York State Senate
COURTHOUSE CORPORATE CENTER
320 Carleton Avenue, Suite 1700
Teléfono: (631) 231-0517
http://www.nysenate.gov/
Enviado por Rene Chacon-poeta y escritor salvadoreño
"Ayude aunque no pueda hacerlo...
siempre habrá bendición para aquellos que saben compartir"
Nuestras felicitaciones al Comité Salvadoreño Independiente Inc. por tal loable causa y vayan para ellos nuestra solidaridad y apoyo.
Ikarus Gallery Cultural Program, Inc.
miércoles, 12 de mayo de 2010
jueves, 6 de mayo de 2010
LOS POETAS NO SE MUEREN- POR ELISEO ALBERTO DIEGO
Los poetas no se mueren nunca —y menos, si los matan: es ley de la vida y también de la muerte. En todo caso se convierten en fantasmas muy tenaces. Los verdugos lo saben en carne propia porque cada letra del poeta, cada palabra suya, cada verso limpio, les pega como una bofetada. La única eternidad posible será la que conceda la poesía. La poesía es don del hombre. “País mío no existes/ sólo eres una mala silueta mía/ una palabra que le creí al enemigo”, dijo mi querido Roque Dalton meses antes de que sus jefes guerrilleros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) le metieran un balazo a traición, el Día de las Madres de 1975, a cuatro tardes de cumplir 40 años —hace ya treinta y cinco.
Cuando conocí a Roque, en la colmena habanera de los setenta, él era el poeta más simpático del mundo. Lo recuerdo vestido con una camisa blanca de mangas cortas, pantalón cualquiera y unas botas altas, mal acordonadas. Más delgado que su malicia, tenía buena fama de polemista. No soportaba los caprichos del poder ni el poder de los caprichosos, y se peleaba de palabras con sus superiores o subordinados, de igual a igual. Había logrado una pronta consagración con su libro El turno del ofendido e iba dejando a su paso por la ciudad un rastro de anécdotas (casi siempre inverosímiles) más un reguero de amores que se sumaban, en centroamericana fugacidad, al libro de las leyendas urbanas. Para acreditar sus hazañas con pruebas de rigor, El Flaco Roque hubiera necesitado ser El Gato Dalton y consumir más de siete vidas; así y todo, creo que tendría que robarse otras tantas en alguna barata de mercado. Cómo explicar, sin creer en Dios, sus mil quinientas páginas de poemas, sus dos escapes de la cárcel minutos antes de ser llevado ante un pelotón de fusilamiento, sus andanzas por todas las callejuelas de Praga (persiguiendo la escurridiza sombra de Franz Kafka), sus travesuras en la Corea sin humor de Kim II Sung y, por último, la confianza que tuvo en sus camaradas de guerrilla aún sabiendo que ellos envidiaban rabiosamente su inteligencia, su carisma y sus cojones.
“¡Qué cosa tan jodida es descansar en paz!”, dijo el autor de Taberna y otros lugares sin saber que él nunca tendría el privilegio del reposo pues sus matadores siguen sin atreverse a decirnos por qué lo acusaron de ser agente de la CIA si sabían bien que era una calumnia —ni dónde rayos lo enterraron horas después, aquella noche de primavera. Muy cerca de la casa donde le dispararon en la nuca, las mujeres más lindas del continente desfilaban por la pasarela de un concurso de belleza. No me extrañaría que lo primero que haya hecho el espíritu de Roque fuera irse volando a verlas modelar: ni cadáver, un hombre como él se perdería esos bikinis.
El presidente salvadoreño Mauricio Funes acaba de nombrar en un alto cargo de su gobierno a Jorge Meléndez, el valiente comandante Jonás, un hombre que lleva en el cuerpo varias heridas de guerra y, en el alma, la inconfesada pena de haber sido uno de los ejecutores del poeta y su compañero en la muerte, el obrero Armando Arteaga, alias Pancho. Los otros comandantes implicados, aún vivos, son Alejandro Rivas Mira y Joaquín Villalobos —según confesión pública del propio Villalobos. “Fue un tremendo error”, reconoció entonces. En entrevista reciente, un Jorge Meléndez acorralado dijo al periodista Tomás Andréu: “Yo no recuerdo el asesinato de Roque Dalton, recuerdo un proceso político en el cual salieron muertos varios compañeros (…) No soy asesino de Roque Dalton. En ese proceso del ERP con mucho orgullo yo soy partícipe. (…) Las guerras son situaciones excepcionales de mucho dolor, de muchos muertos, de faltas de ley, de decisiones siempre arbitrarias (…) Yo estuve ahí y sé lo que pasó”. Han corrido treinta y cinco mayos y Jonás no la ha aclarado nada.
La familia Dalton, de la cual me siento parte por razones largas de contar, sólo pide que se sepa la verdad. Juan José y Jorge, hijos de Roque, quieren rescatar el cuerpo del poeta: esta semana, encabezan una cruzada a favor de la justicia. “No sabemos a dónde fue a parar su cadáver, no hemos tenido esa oportunidad de ponerle una flor (…) Los responsables de las torturas sicológicas y físicas que mi padre y Armando Arteaga sufrieron durante su cautiverio, tienen nombre y apellido. El gobierno (del presidente Funes) tiene dos caminos: rectificar y despedir a Jorge Meléndez o ser cómplice de uno de los involucrados en el crimen. Mayo seguirá siendo un mes sumamente triste e injusto. Muy injusto”, ha dicho Jorge.
Roque escribió: “No temáis por mí y perdonad que me retire por un momento. Voy a reírme de vosotros”.
Vosotros son ellos.
Eliseo Alberto.
Cuando conocí a Roque, en la colmena habanera de los setenta, él era el poeta más simpático del mundo. Lo recuerdo vestido con una camisa blanca de mangas cortas, pantalón cualquiera y unas botas altas, mal acordonadas. Más delgado que su malicia, tenía buena fama de polemista. No soportaba los caprichos del poder ni el poder de los caprichosos, y se peleaba de palabras con sus superiores o subordinados, de igual a igual. Había logrado una pronta consagración con su libro El turno del ofendido e iba dejando a su paso por la ciudad un rastro de anécdotas (casi siempre inverosímiles) más un reguero de amores que se sumaban, en centroamericana fugacidad, al libro de las leyendas urbanas. Para acreditar sus hazañas con pruebas de rigor, El Flaco Roque hubiera necesitado ser El Gato Dalton y consumir más de siete vidas; así y todo, creo que tendría que robarse otras tantas en alguna barata de mercado. Cómo explicar, sin creer en Dios, sus mil quinientas páginas de poemas, sus dos escapes de la cárcel minutos antes de ser llevado ante un pelotón de fusilamiento, sus andanzas por todas las callejuelas de Praga (persiguiendo la escurridiza sombra de Franz Kafka), sus travesuras en la Corea sin humor de Kim II Sung y, por último, la confianza que tuvo en sus camaradas de guerrilla aún sabiendo que ellos envidiaban rabiosamente su inteligencia, su carisma y sus cojones.
“¡Qué cosa tan jodida es descansar en paz!”, dijo el autor de Taberna y otros lugares sin saber que él nunca tendría el privilegio del reposo pues sus matadores siguen sin atreverse a decirnos por qué lo acusaron de ser agente de la CIA si sabían bien que era una calumnia —ni dónde rayos lo enterraron horas después, aquella noche de primavera. Muy cerca de la casa donde le dispararon en la nuca, las mujeres más lindas del continente desfilaban por la pasarela de un concurso de belleza. No me extrañaría que lo primero que haya hecho el espíritu de Roque fuera irse volando a verlas modelar: ni cadáver, un hombre como él se perdería esos bikinis.
El presidente salvadoreño Mauricio Funes acaba de nombrar en un alto cargo de su gobierno a Jorge Meléndez, el valiente comandante Jonás, un hombre que lleva en el cuerpo varias heridas de guerra y, en el alma, la inconfesada pena de haber sido uno de los ejecutores del poeta y su compañero en la muerte, el obrero Armando Arteaga, alias Pancho. Los otros comandantes implicados, aún vivos, son Alejandro Rivas Mira y Joaquín Villalobos —según confesión pública del propio Villalobos. “Fue un tremendo error”, reconoció entonces. En entrevista reciente, un Jorge Meléndez acorralado dijo al periodista Tomás Andréu: “Yo no recuerdo el asesinato de Roque Dalton, recuerdo un proceso político en el cual salieron muertos varios compañeros (…) No soy asesino de Roque Dalton. En ese proceso del ERP con mucho orgullo yo soy partícipe. (…) Las guerras son situaciones excepcionales de mucho dolor, de muchos muertos, de faltas de ley, de decisiones siempre arbitrarias (…) Yo estuve ahí y sé lo que pasó”. Han corrido treinta y cinco mayos y Jonás no la ha aclarado nada.
La familia Dalton, de la cual me siento parte por razones largas de contar, sólo pide que se sepa la verdad. Juan José y Jorge, hijos de Roque, quieren rescatar el cuerpo del poeta: esta semana, encabezan una cruzada a favor de la justicia. “No sabemos a dónde fue a parar su cadáver, no hemos tenido esa oportunidad de ponerle una flor (…) Los responsables de las torturas sicológicas y físicas que mi padre y Armando Arteaga sufrieron durante su cautiverio, tienen nombre y apellido. El gobierno (del presidente Funes) tiene dos caminos: rectificar y despedir a Jorge Meléndez o ser cómplice de uno de los involucrados en el crimen. Mayo seguirá siendo un mes sumamente triste e injusto. Muy injusto”, ha dicho Jorge.
Roque escribió: “No temáis por mí y perdonad que me retire por un momento. Voy a reírme de vosotros”.
Vosotros son ellos.
Eliseo Alberto.
INVITACION EXPOSICION PINCELADAS RENOVADAS DE ARMANDO SOLIS
La Alianza Francesa de San Salvador, tiene el agrado de invitar a ustedes
a la inauguración de la muestra pictórica:
Pinceladas renovadas
de Armando Solís.
Jueves 6 de Mayo - 7:30 PM
Entrada gratuita - Hasta el 21 de Mayo
Bar Galería Montmartre Alianza Francesa
Colonia y Calle La Mascota #547 y Pasaje #2 - S.S.
Tel: 2264-4141
INVITACION EXPOSICION TRIPTICO
Miguel Angel Ramírez (Fundador)
Casa Taller Encuentros Panchimalco
Teléfono:(503)2280-6958 • Móvil: (503)7760-3180
Calle Antigua Bo. San Esteban Nº 18 B, Frente a Casa de la Cultura de Panchimalco
San Salvador, El Salvador. C.A.
INVITACION- DIALOGOS POETICOS
El Centro Español se complace en
invitarle al conversatorio:
"Diálogos poéticos"
con los escritores :
José Roberto Cea
Manlio Argueta
David Hernández
Jorge Argueta
intervención musical:
Franklin Quezada
y Daniel Ayala
miércoles 5 de mayo
6:30p.m.
Centro Español
Paseo General Escalón
y 83 Avenida Norte
Entrada Libre
UNA HISTORIA QUE CONTAR- EL EMPERADOR MAXIMILIANO DE MEXICO ERA REALMENTE JUSTO ARMAS
EL EMPERADOR MAXIMILIANO DE MEXICO ERA REALMENTE JUSTO ARMAS, EL INMIGRANTE QUE LLEGÓ, VIVIO Y MURIO EN EL SALVADOR?
http://compartiendomiopinion.blogspot.com/
http://compartiendomiopinion.blogspot.com/2010/05/el-emperador-maximiliano-de-mexico-era.html#comments
http://compartiendomiopinion.blogspot.com/
http://compartiendomiopinion.blogspot.com/2010/05/el-emperador-maximiliano-de-mexico-era.html#comments
UN HISTORIA QUE CONTAR- UN GENIO QUE DESCANSA EN EL SALVADOR
Servicios de Long Island Al Día
http://www.lialdia.com/
Agustín Pío Barrios, también conocido como “Nitsuga Mangoré” (nacido el 5 de mayo de 1885 en San Juan Bautista Misiones, en Paraguay – fallecido el 7 de agosto de 1944 en San Salvador, El Salvador), guitarrista clásico y compositor paraguayo de origen Guaraní.
http://lialdia.com/2010/05/un-genio-que-descansa-en-el-salvador/
UNA HISTORIA QUE CONTAR- LA ROSA DE LA DIASPORA
Tomado de la Prensa Grafica
La Rosa de la diáspora
Los tres volcanes de El Principito son el Cerro Verde, el Izalco y el de Santa Ana. El boabab del libro es la ceiba. Algunos niegan este dato, pero José Vasconcelos llamó a Consuelo la Sherezada de América.
Escrito por Manlio Argueta / Escritor y miembro de la Real Academia de la Lengua
Domingo, 02 mayo 2010 00:00
OPINIÓN (Desde acá)
Escribiviendo
Hace dos años, el presidente de México, Felipe Calderón, visitó El Salvador y en discurso ante el presidente Antonio Saca y su gabinete afirmó que los salvadoreños debíamos sentirnos orgullosos de tener como compatriota a Consuelo Suncín. Me pregunto si todas las personas sabían de quién hablaba y por qué motivo sentir orgullo por esta sonsonateca (Armenia 1901-1979).
Estudiante de un colegio de monjas, hija de un general cafetalero, decide emigrar. Años después, se convierte en el personaje “La Rosa” de El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, uno de los libros más leídos en el mundo (500 millones de ejemplares), el segundo más traducido después de la Biblia. Los temas son el amor (La Rosa); la estupidez humana y la sabiduría de los niños que la pierden al llegar a adultos por la mala educación recibida. Más sencillo que Elogio de la Locura, de Erasmo de Rotterdam (también toca la estupidez adulta pero con enfoque filosófico), El Principito no es solo un libro para niños, sino para los adultos, para los que deciden las políticas públicas, para los políticos en el poder.
Dos de cada cinco salvadoreños viven fuera de su país. Una exploradora inicial o pionera de esa dispersión salvadoreña fue Consuelo Suncín, quien emigra a los 19 años (1920), su familia le organiza casamiento con el cafetalero más rico de la localidad. Ella prefiere convertirse en La Rosa de la diáspora, (significa “dispersión de un grupo social por varios lugares del mundo; exilio, emigración”).
Escribe Claudia Lars en Tierra de Infancia: “Consuelo y yo tenemos ocho años, le digo que cuando grande quiero ser una gran poeta, ella dice que será una reina en el mundo”. Trece años después, la joven marcha a cumplir sus sueños a Estados Unidos, México y Francia, se convierte en condesa y en rosa mundial.
Viuda dos veces, tropical, inteligente, de un país desconocido, no le es fácil ser aceptada por la familia aristocrática de su esposo, el conde Antoine de Saint-Exupéry, ambicionado por damas nobiliarias francesas. Pero la seducción de Consuelo triunfa. Se casa vestida de negro (1931), un misterio para muchos críticos literarios. Durante la guerra el escritor es derribado por los nazis (1944). La vida de la salvadoreña cambia, ya no será la misma. Picasso, Dalí, Maeterlinck, D´Annunzio, y varios premios Nobel son cercanos a ella, pero no pueden apoyarla, ya que solo residen en Francia. Y algunos franceses, incluido el Nobel André Gide, la rechazan y junto a los Saint-Exupéry hacen que la salvadoreña desaparezca de las biografías del escritor.
Consuelo muere en 1979. Pero en 1999: el escritor francés Alain Vircondelet obtiene permiso de José Fructuoso (heredero de la salvadoreña) para investigar documentos. Descubre Memorias de La Rosa, de grandes tirajes en Estados Unidos, España y Francia. Y resucita a “La Rosa” de la diáspora.
En marzo, 2010, una obra: Una casada vestida de negro, de la argelina Marie Helene Carbonel, revela datos inéditos de la artista y escritora Suncín, en 600 páginas, descubre pasiones familiares contra quien se atrevió “a conquistar el mundo” desde El Salvador.
Los tres volcanes de El Principito son el Cerro Verde, el Izalco y el de Santa Ana. El baobab del libro es la ceiba, (Las Tres Ceibas de Armenia). Algunos niegan este dato, pero José Vasconcelos, ese notable filósofo mexicano, llamó a Consuelo la Sherezada de América. Y de Saint-Exupéry hay cartas sobre las historias sorprendentes de volcanes y sismos en El Salvador.
En fin, una biografía novelesca de La Rosa mundial, un patrimonio que necesitamos resucitar para nuestra nación.
La Rosa de la diáspora
Los tres volcanes de El Principito son el Cerro Verde, el Izalco y el de Santa Ana. El boabab del libro es la ceiba. Algunos niegan este dato, pero José Vasconcelos llamó a Consuelo la Sherezada de América.
Escrito por Manlio Argueta / Escritor y miembro de la Real Academia de la Lengua
Domingo, 02 mayo 2010 00:00
OPINIÓN (Desde acá)
Escribiviendo
Hace dos años, el presidente de México, Felipe Calderón, visitó El Salvador y en discurso ante el presidente Antonio Saca y su gabinete afirmó que los salvadoreños debíamos sentirnos orgullosos de tener como compatriota a Consuelo Suncín. Me pregunto si todas las personas sabían de quién hablaba y por qué motivo sentir orgullo por esta sonsonateca (Armenia 1901-1979).
Estudiante de un colegio de monjas, hija de un general cafetalero, decide emigrar. Años después, se convierte en el personaje “La Rosa” de El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, uno de los libros más leídos en el mundo (500 millones de ejemplares), el segundo más traducido después de la Biblia. Los temas son el amor (La Rosa); la estupidez humana y la sabiduría de los niños que la pierden al llegar a adultos por la mala educación recibida. Más sencillo que Elogio de la Locura, de Erasmo de Rotterdam (también toca la estupidez adulta pero con enfoque filosófico), El Principito no es solo un libro para niños, sino para los adultos, para los que deciden las políticas públicas, para los políticos en el poder.
Dos de cada cinco salvadoreños viven fuera de su país. Una exploradora inicial o pionera de esa dispersión salvadoreña fue Consuelo Suncín, quien emigra a los 19 años (1920), su familia le organiza casamiento con el cafetalero más rico de la localidad. Ella prefiere convertirse en La Rosa de la diáspora, (significa “dispersión de un grupo social por varios lugares del mundo; exilio, emigración”).
Escribe Claudia Lars en Tierra de Infancia: “Consuelo y yo tenemos ocho años, le digo que cuando grande quiero ser una gran poeta, ella dice que será una reina en el mundo”. Trece años después, la joven marcha a cumplir sus sueños a Estados Unidos, México y Francia, se convierte en condesa y en rosa mundial.
Viuda dos veces, tropical, inteligente, de un país desconocido, no le es fácil ser aceptada por la familia aristocrática de su esposo, el conde Antoine de Saint-Exupéry, ambicionado por damas nobiliarias francesas. Pero la seducción de Consuelo triunfa. Se casa vestida de negro (1931), un misterio para muchos críticos literarios. Durante la guerra el escritor es derribado por los nazis (1944). La vida de la salvadoreña cambia, ya no será la misma. Picasso, Dalí, Maeterlinck, D´Annunzio, y varios premios Nobel son cercanos a ella, pero no pueden apoyarla, ya que solo residen en Francia. Y algunos franceses, incluido el Nobel André Gide, la rechazan y junto a los Saint-Exupéry hacen que la salvadoreña desaparezca de las biografías del escritor.
Consuelo muere en 1979. Pero en 1999: el escritor francés Alain Vircondelet obtiene permiso de José Fructuoso (heredero de la salvadoreña) para investigar documentos. Descubre Memorias de La Rosa, de grandes tirajes en Estados Unidos, España y Francia. Y resucita a “La Rosa” de la diáspora.
En marzo, 2010, una obra: Una casada vestida de negro, de la argelina Marie Helene Carbonel, revela datos inéditos de la artista y escritora Suncín, en 600 páginas, descubre pasiones familiares contra quien se atrevió “a conquistar el mundo” desde El Salvador.
Los tres volcanes de El Principito son el Cerro Verde, el Izalco y el de Santa Ana. El baobab del libro es la ceiba, (Las Tres Ceibas de Armenia). Algunos niegan este dato, pero José Vasconcelos, ese notable filósofo mexicano, llamó a Consuelo la Sherezada de América. Y de Saint-Exupéry hay cartas sobre las historias sorprendentes de volcanes y sismos en El Salvador.
En fin, una biografía novelesca de La Rosa mundial, un patrimonio que necesitamos resucitar para nuestra nación.
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