miércoles, 4 de noviembre de 2009

UN SUEÑO SIN ALCANZAR- EL POEMA


Sentado en una banca del Parque Libertad, se encontraba José,
 “Chepito” como lo llamaban de cariño,
todos los vendedores de la plaza, la Plaza Libertad.

Lejos de su familia,
sin que alguien que le diera un consejo,
fue cayendo en el vicio de las drogas.

A pesar de su corta edad,
el ya había sufrido mucho por causa de este terrible mal.

Chepito era un niño huele pega,
uno de esos muchos niños que mendigan en las calles del gran San Salvador.

Pero además el era muy respetuoso y amable con las personas,
cada día que pasaba, el siempre hablaba de un gran sueño.

Un sueño que el tenia en su vida y que algún día quería alcanzar.
Y así, se pasaban los días, por esas calles sin final.
Abordando autobuses y diciendo “Prefiero pedir y no robar”,
cantando y pidiendo para así la droga comprar.
Esa droga que algún día lo llevaría hasta su funeral

Un día platicando con el, le pregunte.
Que es lo que el pensaba de la vida y
cual era ese gran sueño en realidad.

El, en su inocencia pero muy seguro de si, me respondió.

¡Mi sueño!

Hizo una pausa y se le rodaron unas lágrimas por sus mejillas,
llenas de asfalto y suciedad de la calle.

Dando un fuerte suspiro me contesto.
¡Ah! mi gran sueño es conocer a mi papá.

Y así siguió Chepito, en las peligrosas calles,
en busca de su gran sueño alcanzar.

Poco a poco la droga se lo fue acabando,
fue perdiendo de peso y sus pulmones no soportaron más.

En una mañana gris, cuando el sol apenas empezaba a levantar,
lo encontraron en la misma banca,
del mismo parque, en aquel mismo lugar.

Con sus ojos apagados,
aquellos ojos tristes como el día de hoy,
 estaban lejos de la vida

Así quedo aquel pequeño.

Se fue sin despedirse y junto con el también se llevo su gran sueño,
ese sueño que hasta el ultimo minuto de su vida conservo y
que hoy se lleva hasta la tumba.

Su sueño, ese gran sueño, era solo conocer a su “Papá”…

Muchos pequeños como chepito,
aun siguen en las calles en espera que les llegue la muerte.

Yo me pregunto ¿Qué estamos haciendo para salvar a esos pequeños?
Y ¿por qué tantos niños abandonados expuestos a los vicios y peligros?
¿Será por la irresponsabilidad de los padres,
falta de orientación o por causa de una separación familiar?

No se,
lo cierto es que siguen en las calles
y nosotros tenemos que hacer algo para ayudarlos.

Santiago Miranda
Poeta y escritor salvadoreño

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